lunes, 30 de abril de 2012

"Lo mejor no es tratar al amigo, sino al enemigo hacerlo amigo"

¡Buenos días! Empiezo la semana actualizando el blog, me gusta. Bien, hoy toca redactar unos ejercicios que Luisa ha dejado en su blog, ya que, la otra parte del trabajo fueron las exposiciones y desde mi punto de vista creo que me salió bastante bien. Asique me dejo de tanta “chachara” y vamos al lío:
2-
Sobre los párrafos subrayados pienso que cada persona es como es, eso lo primero. Y sí, la primera impresión cuando tú ves a alguien “raro” es como que ya lo desprecias sin saber realmente como es esa persona, porque hay mucha gente que es atractiva y luego son de las personas más malas que te puedes encontrar, y en cambio, hay personas que teniendo un físico no muy agraciado o que se las considere “raras”, y vuelvo a redundar, son personas muy buenas y no hacen daño a la sociedad. Yo nunca he estado en la piel de alguien así, pero sinceramente, muchos de nosotros los discriminamos y eso es lo que no tenemos que hacer porque así damos a entender a la otra persona que no queremos estar con ella y se va a sentir más alejado/a de todos nosotros. Por otra parte, estaría bien integrarla, no sé, a un grupo de amigos y hacerla sentir uno más de nosotros, así ella/él se sentirá cómodo/a y olvidará por un momento todos sus defectos. En resumidas cuentas, todos debemos tratarnos por igual, al fin y al cabo somos seres humanos.
3-
Creo que la fotografía del blog de la profe junto con el título: “Ser… lo otro” pueden darnos alguna pista. En mi opinión pienso que ha puesto dicha foto porque los zombies  son personas que fallecieron y están como “en otro mundo”. Su aspecto es distinto, su rostro, su cuerpo… Es decir, les hace diferentes al resto de personas y por ello también se las puede considerar personas “raras”.
4-
20 de abril de 1998:
Estaba encerrado en la habitación, no quería saber nada de lo que pasaba fuera de estas cuatro paredes, me sentía mejor solo y como aquella frase: “mejor solo que mal acompañado”. Todo empezó cuando yo me dirigía a hacer unos recados que mamá me pidió. Llegué al establecimiento, compré y salí. Pero de camino a casa me crucé con varios chicos que, nada más verme comenzaron a insultarme, a gritarme, e incluso hasta pegarme. No recuerdo muchas palabras que me dijeran, pero, una frase se me quedó en la cabeza: “¡eres un niño raro y morirás siendo un niño raro!”
Aquella frase me hizo pensar y la verdad me estremeció un poco. Salí corriendo para llegar a casa lo más pronto posible y una vez allí subí llorando a mi habitación. “¿Cómo puede haber gente tan malvada por el mundo?” Ni yo mismo sabía contestarme a dicha preguntar asique decidí no salir de mi habitación.
Al caer la noche, eran las 21:30 más o menos, llamaron al timbre. Mi madre me dijo desde el piso de abajo que tenía visita. Me extrañé. Se oían las voces como de unos 4 chavales, y en menos de dos minutos estaban en mi habitación. Eran dos amigas que tuve en la infancia y otros dos chicos que ni si quiera conocía. Yo estaba un poco confuso la verdad, no sabía por qué habían venido hasta mi casa. Ellos me contaron que por la tarde estuvieron observando en el momento en el que los chicos se acercaron y me insultaron. Querían haberme ayudado, pero mi rabia me hizo salir corriendo y no pudieron. Al cabo de una hora y media hablando con ellos, me dijeron que no me preocupase más y que no le diera más motivos a lo de esta tarde porque a partir de ahora ellos serían mis amigos, y me da igual, son cuatro personas nada más, pero seguro que valen más que 20.
“Uno puede brillar sin importar de que esté hecho”, me dijo uno de ellos.
24 de septiembre de 2012:
Han pasado ya 14 años desde mi última anotación. Hoy tengo 27 años y lo que ocurrió aquel día no lo voy a olvidar nunca. Siguen siendo aquellos de antes, por muchos problemas que tuviera no me dejaron solo. Mi aspecto les importaba poco, ya que, al nacer tuve una mal formación en la cara. Ellos me aceptaron tal y como soy. Hoy por hoy puedo decir que todavía quedan personas buenas por el mundo.

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